Con Darío
y Maxi en cada lucha
Darío y Maxi eran dos pibes
comunes, dos pibes que construían en los barrios y luchaban por una vida más
digna. Allá, por aquellos años, donde desde los barrios íbamos reconstruyendo
una alternativa popular, una alternativa de cambio. Organizados en el
movimiento piquetero, trabajaban día a día con los problemas que iban surgiendo
en el barrio, concientizando de que la lucha es más que arrebatarles las
migajas al estado, reclamando todo lo que este debería asegurarnos por derecho:
salud, vivienda, educación y trabajo digno para todos y todas.
Ellos son el símbolo de una lucha que se desencadenó en los 90’, resistiendo a
las políticas de vaciamiento y hambre planificadas desde la dictadura en
adelante.
Pero el pueblo no estuvo callado, sabía aún con los estómagos
crujiendo de hambre, que esos políticos corruptos que daban la cara con
promesas falsas, hablando con la voz del Banco Mundial y del Fondo Monetario
Internacional, eran chamullo, y se levantaron.
Todo un país se
hizo escuchar, desde La Quiaca a Ushuaia, con las puebladas de Cutral-Co y
Mosconi, con la rebelión del 2001.
Por eso estos compañeros también son Teresa Rodríguez,
son Aníbal Verón, son Pocho Lepratti, son los muertos de diciembre del 2001,
son Fuentealba.
Son
la expresión, de la organización y la lucha. De la esperanza.
El 26 de Junio
de 2002 miles de manifestantes se habían movilizado para realizar el corte
del Puente Pueyrredón, sin embargo, al llegar se encontraron con más de 400
efectivos de cuatro fuerzas de represión uniformados y de civil. La novedad fue
que dos “grupos de tareas” de los que se conformaron de forma ilegal,
dispararon con balas de plomo contra los manifestantes en una operación
policial que escondía una operación política para desacreditar y desarticular a
las organizaciones piqueteras.
Los responsables políticos de esta operación no solo siguen libres, sino que
con total impunidad y sin escrúpulos, vuelven a ser candidatos, como el caso de
Eduardo Duhalde, máximo responsable de los asesinatos, siendo el Presidente de la Nación en aquel entonces y
quien diera la orden de la represión; y otros que siguen ocupando cargos en el
actual gobierno, como Aníbal Fernández, en aquel entonces Secretario de la Presidencia, hoy Jefe
de Gabinete de los Kirchner.
Hoy
a 9 años seguimos en pie, luchando, construyendo
poder popular desde abajo, desde los barrios, desde las fábricas
y trabajos, desde escuelas y universidades, para que de una vez por todas
construyamos una salida a las injusticias que vivimos día a día.
Hoy parecería ser, nuevamente, que el gobierno es
distinto. Hoy parecería ser que no hace falta desarticular un pueblo en alza,
hoy los organismos mundiales que “cuidan nuestras espaldas” parecen no resonar,
pero no nos olvidemos de cómo la burocracia le pega a los trabajadores que
quieren organizarse en sindicatos propios;
de cómo siguen muriendo los pibes de los barrios entre la droga y
alcohol, y el gatillo fácil; de cómo los chicos repiten sistemáticamente en una
educación que no integra, sino que expulsa; de cómo aún hoy los hospitales se
caen a pedazos y no pueden atender a millones de personas que no saben a donde
más acudir; no nos olvidemos de lo dificultoso y sacrificado que es lograr
tener un techo propio; no nos olvidemos de nuestros compañeros de los pueblos
originarios que aún no tienen sus propias tierras para vivir, no nos olvidemos
de la cantidad de mujeres que mueren día a día por abortos clandestinos, y las
otras tantas que desaparecen por la prostitución ilegal, no nos olvidemos que
las megaempresas que hoy tienen monopolio en nuestro país, que siguen
extrayendo nuestras riquezas, no son nuestras.
No nos olvidemos amigo, hermano, compañero, que es en la lucha donde nosotros
como pueblo, aprendemos a caminar y a construir nuestro propio destino.
Y es una lucha, en la que de un lado están los ricos,
están los jueces, esta la policía, están los gobiernos, y del otro un pueblo
desocupado y trabajador.
Lucha que muchas veces deja compañeros en el camino, por
los que debemos seguir adelante.
No es la sangre de una persona: es la sangre
de un pueblo, que siembra rebeldía, que nos carga de odio y de amor, para
seguir adelante. Porque las causas siguen siendo las mismas.
La lucha sigue, vamos a pelear hasta ser Libres.
Domingo 26 de Junio
¡TODOS AL PUENTE!
Plaza Constitución - 10 hs
CONVOCAN:
FER – Frente Estudiantil
Revolucionario
Asamblea y Olla popular
“Hablemos con la boca llena”
Poder Barrial
Colectivo de Educación
Popular Enbarriada
ESPORA – Estudiantes por la
resistencia
Agrupación Juvenil “La Che”
La Voz de
los Laburantes
Trabajo Voluntario Che
Guevara
Centro comunitario El Rancho
Barricada TV
Comisión de Justicia y Paz de la Parroquia de Constitución